FLORES DE BACH

Las Flores de Bach fueron descubiertas por un reputado médico: el Dr. Edward Bach.

Son 37 flores más un agua de manantial.

 

Cada flor tiene su propio campo energético, el cual vibra a una frecuencia determinada, la cual se corresponde a una frecuencia específica del campo energético animal. Cuando hay un trastorno emocional, se produce un cambio en la frecuencia de vibración de esta energía alterando su campo, y dando lugar a un problema físico.

Las flores actúan por resonancia magnética (como los diapasones), devolviendo la energía a su correcta frecuencia de vibración, reequilibrando así el estado físico y emocional del individuo.

 

 

Son muy fáciles de administrar. Se pueden dar por vía oral mezclándolas con el agua de bebida o directamente en la boca. También directamente sobre el cuerpo o incluso en el ambiente.

 

La preparación es mezclando varias de ellas, según las que necesite cada individuo y, por lo tanto, son personalizadas.

 

No tienen efectos secundarios y se pueden administrar con cualquier otro tipo de medicación, tanto tratamientos alternativos como, por ejemplo, la homeopatía (a la cual pueden llegar a reforzar), como con fármacos convencionales.

 

Se pueden usar en  cualquier tipo de problema:

 

-Enfermedades infecciosas: parvovirosis, leucemia, inmunodeficiencia, etc.

-Enfermedades de la piel: infecciones bacterianas, alergias, hongos, sarnas, etc.

-Problemas de comportamiento: agresividad, ansiedad por separación, nerviosismos, miedos   (petardos, truenos, personas, etc...).

-Tumores y cánceres

-Enfermedades endocrinas (alteraciones hormonales): hipertiroidismo, Cushing, etc.

 

 

 

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